sábado, 19 de septiembre de 2020

La senda del corazón

Una sonrisa, la mano que acompaña en ese primer día, una canción, la flor en el asiento de al lado, un silencio que escucha, un respeto hacia ti a quien no conozco y no comprendo a veces, unas manos que ofrecen.

Creer que hemos venido para esto.
Que la vida se nos dió para esto.
Para ofrecer lo mejor que tenemos para dar. Ofrecer más, llevarse lo puesto, dejar para los que vienen detrás.


Cuando conocí a Manu, mi compañero de vida descubrí una pulsación nueva que jamás antes sentí. Un latido único, diferente a todos los otros... Fue ese latido el que me impulsó a pintar y a esculpir nuevos corazones abiertos, llenos de rendijas y grietas por las que asomarse al universo. Ya años antes habia nacido esa necesidad de pintar corazones humanos, una serie que culminaría en la exposición "Arbres", cuyo nombre hace alusión a los corazones que se enrraizan en la tierra para florecer. Junto a esta pasión por el órgano más palpitante de nuestro cuerpo, comenzaron a llegar canciones y melodías, y mi alma vislumbró un nuevo camino creativo que hoy día sigo explorando llena de esperanza..  el camino de la música. La senda del corazón, dicen, es el camino que nuestra alma escoge para crecer y manifestar nuestros dones sobre la tierra. Mi camino va ligado desde hace dos años a todo lo que llegó de la mano de mi amor y su tambor.